jueves, 8 de mayo de 2008

EL PADRINO



Con un gran cabezazo, Sebastián Battaglia le dio la victoria a Boca en el Superclásico. ¿River? Sólo llegó una vez, en el segundo tiempo...


Por una cabeza de un noble potrillo... El potente cabezazo de Battaglia, después de un preciso tiro de esquina de Juan Román Riquelme sentenció el superclásico. El 10 había armado una jugada de laboratorio, retirando a Rodrigo Palacio y a Jesús Dátolo del área, quienes fueron seguidos por sus marcadores Danilo Gerlo y Matías Abelairas, en una gran maniobra de distracción. Sólo con esa jugara le alcanzó a los de Ischia para festejar en la Bombonera.
El partido no fue bueno. Sólo para destacar quedaron dos mano a mano de Palacio que Juan Pablo Carrizo despejó al córner y un cabezazo en el segundo tiempo de Sebastián Abreu, que se fue por arriba del travesaño.
Más allá de eso, los dos equipos mostraron voluntad, pero pocos recursos ofensivos. Se luchó más de lo que se jugó. River intentó desequilibrar por intermedio de sus jugadores más habilidosos, como Alexis Sánchez, Diego Buonanote y Ariel Ortega, pero éstos chocaron contra la defensa xeienze. Boca buscó más y mejor, pero le faltó originalidad para inquietar la valla de Carrizo.
Por eso ganó a lo Boca, como suele decirse, peleando cada pelota, hasta que Bassi pitó el final.


Por Andrés Damiani, Federico Ryba y Felipe Cáceres.

No hay comentarios: