Cuando uno piensa en los mejores del mundo, se refiere obviamente a Maradona. Y si uno es justo y no nacionalista piensa en Pelé y en Ronaldinho. Y en Messi, Tevez, Mascherano, Zidane, Riquelme, Palermo... Hay muchos muy buenos, descollantes. Uno podría hacer una lista infinita y de jugadores muy diferentes, pero tendría que pensar mucho para elegir como el mejor a Pablo Mouche.
Pero él, este joven de 21 años, va por buen camino. Tal vez no sea en un año ni en dos cuando Mouche llegue a ser nominado al premio FIFA y tal vez tenga que cambiar un poco la caracteristica del fútbol actual para que brille más, pero el talento está.
Mouche tiene un fuerte remate y bravura en su temperamento, si lo comparamos con otros delanteros, Palermo, por ejemplo, que con su manera de jugar ha convertido más de 200 goles, Mouche es más movil y dúctil. Se puede decir que tiene lo que se llama factor sorpresa, puede empezar el partido en una posición y terminarlo en otra completamente diferente. Si decimos que Mouche es dúctil y movedizo, se lo podría igualar a Messi, el mejor jugador actual indiscutido, pero Mouche se diferencia de Messi: cuando agarra la pelota no siempre realiza una jugada personal, él la deja cuando encuentra un compañero libre. Mouche no es individualista. Igualmente hay algo que hace que Messi ocupe el lugar en la boca de todos, que sea un hombre de Selección: es que el rosarino tiene la cancha en la cabeza, es totalmente prolijo y para muchos sus jugadas son la belleza misma.
Pero dejemos el deporte nacional de comparar figuras que no tienen punto de comparación y vayamos a lo concreto, Mouche no será muy prolijo, pero se anima a la gambeta, se mete por cualquier hueco, corre hasta el final del partido pelotas que parecen insalvables, es desequilibrante en un equipo en crisis, lo cual muestra sus ganas de tener un lugar importante. Con su solidaridad, su juego de equipo arma jugadas que son peligrosas, terminando casi siempre en centros a Palermo. Este jugador, que sin ser prolijo se las rebusca y desequilibra, que va a buscar pelotas que son vitales, está haciendo un click que merece ser atendido, merece tener más lugar. Este es un hombre que merece que el DT argentino lo valore un poco, no sólo para los amistosos, para que ese talento, tal vez no descollante, no quede perdido en una constelación de estrellas y brille un poco más.
Pero él, este joven de 21 años, va por buen camino. Tal vez no sea en un año ni en dos cuando Mouche llegue a ser nominado al premio FIFA y tal vez tenga que cambiar un poco la caracteristica del fútbol actual para que brille más, pero el talento está.
Mouche tiene un fuerte remate y bravura en su temperamento, si lo comparamos con otros delanteros, Palermo, por ejemplo, que con su manera de jugar ha convertido más de 200 goles, Mouche es más movil y dúctil. Se puede decir que tiene lo que se llama factor sorpresa, puede empezar el partido en una posición y terminarlo en otra completamente diferente. Si decimos que Mouche es dúctil y movedizo, se lo podría igualar a Messi, el mejor jugador actual indiscutido, pero Mouche se diferencia de Messi: cuando agarra la pelota no siempre realiza una jugada personal, él la deja cuando encuentra un compañero libre. Mouche no es individualista. Igualmente hay algo que hace que Messi ocupe el lugar en la boca de todos, que sea un hombre de Selección: es que el rosarino tiene la cancha en la cabeza, es totalmente prolijo y para muchos sus jugadas son la belleza misma.
Pero dejemos el deporte nacional de comparar figuras que no tienen punto de comparación y vayamos a lo concreto, Mouche no será muy prolijo, pero se anima a la gambeta, se mete por cualquier hueco, corre hasta el final del partido pelotas que parecen insalvables, es desequilibrante en un equipo en crisis, lo cual muestra sus ganas de tener un lugar importante. Con su solidaridad, su juego de equipo arma jugadas que son peligrosas, terminando casi siempre en centros a Palermo. Este jugador, que sin ser prolijo se las rebusca y desequilibra, que va a buscar pelotas que son vitales, está haciendo un click que merece ser atendido, merece tener más lugar. Este es un hombre que merece que el DT argentino lo valore un poco, no sólo para los amistosos, para que ese talento, tal vez no descollante, no quede perdido en una constelación de estrellas y brille un poco más.
POR CASANDRA ORCELLET
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